Tocó soportar.

Esta es mi forma de cuidar de ti.

Es torpe, mejor dicho desastroza, impredecible tal vez, incómoda, impertinente, invasiva y poco civilizada. Una mierda que no pediste y que comprenderé si se siente como que estoy marcando territorio, casi patriarcal y capitalista pero más como una perra crispada que muestra los dientes y no deja que se le acerquen a su manada.

Ya antes probé hacerlo de lejos, una forma más pasiva, silenciosa pero presente, una reverenda tibia a la que le demolió verte hecha añicos y no le quedó más que apretar el puño, tronar las muelas y darte un beso en la frente. Lamerte las heridas.

Haz lo que te haga falta, ven y ponme los límites que necesites; no voy a disculparme por decirlo todo fuerte, pero me disculpo por pensar que

al final de todo

me ibas

a

elegir.